La actividad física está demostrado que ayuda a proteger nuestra salud ante múltiples enfermedades. Si quieres saber cuáles son sus principales beneficios sigue leyendo:
La actividad física se refiere a todo el movimiento que llevamos a cabo durante el día.
Por actividad física entendemos «cualquier movimiento corporal que da lugar a un gasto de energía (quemar calorías)». Es decir que todas las actividades diarias que hacemos en nuestra rutina del día a día como caminar, subir escaleras, hacer la compra se podrían enmarcar en actividad física, pero
¿realmente estamos hablando de actividad física suficientemente saludable?
Evidentemente la respuesta es no.
Para ello tendremos que realizar alguna práctica deportiva adecuada a nuestro nivel para obtener beneficios y así reducir el riesgo de muchas enfermedades.
Aquí tienes los principales beneficios comprobados de la actividad física regular.
Es tu segundo psicólogo: Ayuda a disminuir la depresión, la ansiedad y el estrés además de ayudar en problemas de conducta
Una mayor actividad aeróbica conlleva una menor degeneración neuronal, además ayuda a controlar la ansiedad, la depresión y disminuye el estrés.
Se utiliza como un elemento central en los programas de afecciones específicas como las dificultades de aprendizaje, los síntomas de hiperactividad, algunos casos de deficiencia mental y conducta
disocial.
Mejora tu cerebro: Aumenta la capacidad de memorización y mejoras de las capacidades intelectuales y cognitivas
Correr al menos durante 30 minutos 3 veces por semana aumenta de forma significativa la capacidad para memorizar, la capacidad intelectual y la velocidad del procesamiento de información.
Además de una clara mejoría de las funciones de nuestro cerebro (funciones cognitivas y control de la actividad y del movimiento voluntario)
¡No sólo el bíceps saca músculo cuando entrenas!
Pon a raya la báscula: El ejercicio tu mejor aliado
Está claro que el peso es un equilibrio entre lo que comemos y lo que gastamos, y la opción de vivir a dieta restringiendo calorías no es la mejor opción, de hecho, hay estudios con grupos de control que demuestran que es mucho más efectivo hacer una combinación de ejercicio de fuerza-resistencia con una alimentación sana que una dieta hipocalórica.
Así que no es una cuestión de elegir entre dieta o ejercicio por gustos si no por efectividad.
Una buena protección contra el cáncer
El cáncer es la primera causa de muerte en la mayoría de los países desarrollados.
Existe una relación inversa entre la actividad física y el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de colon.
El ejercicio ayuda a mejorar la capacidad antioxidante en la sangre y a reducir la inflamación crónica, disminuye la activación de cascadas inflamatorias que están implicadas en el desarrollo de diversos tipos de cánceres, como el de pulmón, colorrectal, gástrico y pancreático entre otros.
Por ello llevar una vida activa te ayudará a prevenir el cáncer.
Protege tu sistema circulatorio
Realizar ejercicio físico aeróbico dos sesiones a la semana reducen el riesgo de infarto de miocardio en un 60 %, si además realizamos ejercicio vigoroso reducimos el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, y para el control de la hipertensión, realizar sesiones de entre 30-40 minutos al 70% de la frecuencia cardiaca máx. cinco o seis días a la semana podrían llegar a reducir hasta 8 a 10 mm de Hg. la presión arterial.
En general, el ejercicio regular reduce los niveles del colesterol total, de los triglicéridos y del colesterol-LDL (el del malo) y aumenta las cifras de colesterol-HDL (el del bueno).
Huesos, músculos y articulaciones sanos
Para nuestros huesos: La mejor prevención de la osteoporosis es la realización de ejercicio, pero para aquellos que ya han empezado a desarrollar una pérdida de masa ósea el mejor estímulo para remodelar el hueso y luchar contra la osteoporosis es el ejercicio con carga, llegando a aumentar la
densidad mineral ósea hasta un 35%.
Para nuestros músculos: Nos ayuda en primer lugar a ganar fuerza para nuestras tareas del día a día, también nos protege de lesiones en articulaciones y evita caídas gracias a un aumento del equilibrio.
Para nuestras articulaciones: Se genera un incremento del contenido de agua del cartílago ayudando así a tener una mayor amortiguación. Se reduce la rigidez articular y el declive funcional.
En definitiva el ejercicio tiene una lista interminable de beneficios sobre nuestra salud, mejora nuestra calidad de vida y retrasa los efectos del envejecimiento.
No podemos ir a la farmacia y comprar salud, pero sí hacer ejercicio y conservarla e incluso mejorarla.
Estamos sin duda ante la mejor medicina.
Bibliografía
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