La fascitis plantar es una de las patologías más frecuentes en el corredor.
La fascia del pie se compone de tres fascículos longitudinales de tejido conectivo que se insertan a nivel proximal en el calcáneo (talón) hasta las bases de las falanges proximales.
La función que tiene la fascia es la de sujetar el arco plantar durante la carrera dando estabilidad al pie desde que el talón choca contra el suelo hasta la fase de propulsión, que dejamos de estar en contacto con el suelo.
El problema reside que no tiene propiedades elásticas, por lo tanto ese constante estrés repetitivo combinado con diversos factores provocan la inflamación.
Causas de la Fascitis Plantar
La fascitis plantar representa una patología compleja, tanto en su diagnóstico, como en su tratamiento, múltiple y variado.
Es fundamental llegar a un diagnóstico lo más precoz y certero posible, así como la instauración del tratamiento correcto de manera inmediata, con el fin de evitar la tendencia a la cronicidad de esta patología, en cuyo caso hablamos de fasciosis plantar.
Estas son las causas más frecuentes que originan su aparición.
- Alteración anatómica.
- Sobrecarga y sobreutilización.
- Sobrepeso.
- Calzado inadecuado.
- Superficie de entreno inadecuada.
- Cambio brusco de superficie de entrenamiento.
- Estiramientos precarios.
Síntomas de la fascitis plantar
El síntoma principal de la fascitis plantar es el dolor en el talón y en el arco del pie, que se acentúa en la fase de despegue. Este dolor puede ser diurno o nocturno y puede aparecer antes del entrenamiento, durante o después, pudiendo pasar incluso días. No suele haber grandes inflamaciones a nivel local excepto si existe rotura fascial.
Podemos clasificar los síntomas de la fascitis plantar en tres grupos dependiendo de su evolución:
FASE I: Aguda: Dolor de menos de 2 semanas
FASE II: Subaguda: Dolor de 2 semanas a 2 meses
FASE III: Crónica: Dolor de más de 2 meses.
Tratamiento
Para combatir esta patología disponemos de una gran variedad de tratamientos conservadores que funcionan en un 90% de los casos, además del tratamiento quirúrgico.
Fortalecimiento muscular y estiramientos con cinesiterapia
No debemos realizar los estiramientos en la fase aguda. El objetivo de los estiramientos es aumentar la dorsiflexión del tobillo para reducir la contractura en la fascia del pie. Siempre deben instaurarse en las fases crónicas y preventivas.
Calzado adecuado
Deben estar en perfecto estado con sus propiedades mecánicas intactas. También estar acordes con nuestro peso y control de pronación. Los excesos de amortiguación pueden agravar la patología al aumentar la fatiga muscular de la fascia.
Plantillas correctoras
Las plantillas correctoras son adecuadas para las fases crónicas y preventivas. Cuando los excesos de pronación sobrepasan los grados fisiológicos (4º-5º), con las zapatillas no será suficiente y debemos realizar un estudio biomecánico deportivo.
Taloneras de silicona
Este tipo de tratamientos es sólo para las fases agudas. Funcionan de dos maneras, amortiguando y reduciendo los impactos del calcáneo y relajando el sistema aquileo plantar.
Férulas nocturnas
Cuando hemos probado casi todos los tratamientos y nos queda alguna pequeña molestia, estas férulas intentan relajar la fascia poniendo el pie en flexión dorsal por la noche.
Vendajes
Podemos clasificarlos en dos tipos: elásticos y rígidos. Los rígidos inmovilizan el pie completamente y se utilizan para fases agudas con un dolor intenso. Los elásticos hacen un efecto similar al de las plantillas, relajando fascia y controlando la pronación.
Farmacológico
La utilización de antiinflamatorios ya sean por vía oral o tópica deben estar restringidos a fases agudas y no sobrepasarse en el tiempo y si el dolor perdura consultar con un especialista.
Masajes
Hay distintos tipos de masajes dependiendo de la fase en la que nos encontremos. Debemos realizarlos desde un primer momento para conseguir que el tiempo de recuperación sea el más corto posible.
Tratamientos Físicos
Aquí hay una gran variedad de tratamientos desde la electroterapia donde encontramos el famoso tens, con efectos analgésicos y decontracturante. También está el láser que favorece la estimulación de la microcirculación. También destacamos la magnetoterapia, ondas de choque.
Infiltraciones
Existe una gran controversia en la utilización de corticoides a nivel local. El abuso de este tipo de tratamientos pueden provocar una gran degradación de los tejidos y deben utilizarse solo en momentos puntuales.
Cirugía
Cuando fracasan los tratamientos conservadores, este tratamientos ofrece nuevas posibilidades al elongar ligeramente la fascia.
La zapatilla deportiva para la Fascitis Plantar
La zapatilla deportiva ideal para la fascitis plantar es la de tipo running. Debe contar con una buena amortiguación. El principal elemento amortiguador común a casi todas las zapatillas deportivas es el etileno vinil acetato (EVA) colocado bajo el talón o a lo largo de toda la entresuela.
Otro aspecto fundamental es la estabilidad, tanto a nivel de talón como del mediopié, que se consigue mediante la inclusión de elementos normalmente de material plástico, incrustados en la suela y tejido de la zapatilla, y por último estaría el control interno para contrarrestar el exceso de pronación: EVA de doble densidad, poste interno, etcétera.
El mejor tratamiento pasa por la mejor prevención, de esta manera evitaremos no sólo la fascitis plantar, sino una multitud de lesiones.
Con hacer correctos los entrenos, zapatillas adecuadas y una buena exploración deportiva, evitaremos muchos sustos.
En caso de duda, o si necesitas un tipo de entrenamiento más específico contacta conmigo sin compromiso.